Coravin

Coravin, un viaje en el tiempo

Coravin, el sistema para acceder al vino sin descorchar la botella, ha sido el dispositivo escogido para catar el vino de una remesa de 133 botellas fechadas entre 1892 y 1899, y escondidas por sus propietarias en el suelo de una capilla en el castillo de Becov, en la República Checa, en la II Guerra Mundial.

El hallazgo de las botellas de vino se produjo hace un tiempo, pero no ha sido hasta ahora cuando los maestros sommeliers Andreas Wickhoff y Jakub Pribyl han podido saber qué sabor tienen vinos como los Chateau d’Yquem vintages de 1892. Para ello, utilizaron Coravin y contaron con la ayuda de su fundador y presidente, Greg Lambrecht, quien explicó que estas botellas son las más antiguas que se han accedido con el dispositivo.

El sistema Coravin, con el que se accede y se serve el vino de una botella sin extraer el corcho, permitió extraer el vino de las centenarias botellas para conocer su sabor. Según los sommeliers encargados de la operación, el vino escondido “conserva el olor a fruta, la acidez y sus elementos más refrescantes, algo insólito en vinos de esta edad”.

El destino de las 133 botellas, cuyo precio por unidad de algunas de ellas roza los 28.000€, no está decidido. El uso del Coravin hizo posible acceder al vino sin sacar el tapón, lo que facilita que las botellas mantengan su tapón de corcho original y en consecuencias el mismo sabor, aroma y buqué que sus creadores quisieron darle.

 

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